En el año 1997, un sueño comenzó a tomar forma en Durango. Don Francisco Palos y sus dos hijos, Alberto y Hugo, dieron inicio a una aventura que hasta el día de hoy sigue firme. Lo que comenzó como un proyecto familiar se convirtió en algo mucho más grande.Con el paso de los meses, se sumó un nuevo miembro a la familia musical: Juan Carlos. Con su incorporación, el proyecto tomó mayor proyección y comenzaron a participar en los domingos familiares organizados por el gobierno municipal de Durango. Fue así como empezaron a incursionar en los bailes masivos, compartiendo escenario con agrupaciones de renombre en ese tiempo, como Ramón Ayala, Los Tigres del Norte, Los Cardenales de Nuevo León y la Arrolladora Banda el Limón, por mencionar solo algunos.A lo largo de su trayectoria, han lanzado 12 álbumes discográficos. Sin embargo, lo que destaca en su carrera musical son los álbumes dedicados a la música tradicional del estado de Durango. Con su estilo único, han logrado capturar la esencia y la riqueza cultural de la región en cada una de sus canciones.La música tradicional de Durango es conocida por sus ritmos alegres y contagiosos. Con instrumentos como el acordeón, la guitarra y la tambora, Don Francisco Palos y sus hijos han logrado recrear estos sonidos de manera magistral. Cada álbum es una muestra de su amor por la música y su compromiso con preservar las tradiciones de su tierra.Además de su éxito en la música, Don Francisco Palos y su familia han dejado una huella en la comunidad. Han sido reconocidos por su labor social y su participación en eventos benéficos. Su música ha sido una fuente de alegría y unión para la gente de Durango y sus alrededores.A lo largo de los años, han logrado ganarse el cariño y el respeto del público. Su música ha trascendido fronteras y ha llegado a oídos de personas de diferentes partes del mundo. Han llevado la música tradicional de Durango a escenarios internacionales, llevando consigo la cultura y el orgullo de su tierra.El sueño de Don Francisco Palos y sus hijos sigue vivo y cada día se fortalece más. Su música continúa siendo un legado para las futuras generaciones y una muestra de la riqueza cultural de Durango. Su pasión y dedicación han sido la clave de su éxito y su música seguirá resonando en los corazones de quienes la escuchan.En conclusión, la historia de Don Francisco Palos y su familia es un ejemplo de perseverancia y amor por la música. Han logrado convertir un sueño en una realidad duradera. Su contribución a la música tradicional de Durango es invaluable y su legado perdurará por siempre.